Madrid, España; 7 de abril de 2023 (Adela Mac Swiney/ACOM).- La localidad aragonesa de Calanda, noreste de España, vibró hoy con sus tambores y bombos en la tradicional “rompida de la hora”, con que cada viernes santo anuncia la muerte de Jesús, en este caso con un homenaje al recién fallecido cineasta laureado Carlos Saura, pues fue su viuda, Eulalia Ramón, quien dio el primer golpe de bombo.

Las calles de este municipio del Bajo Aragón, tierra de tambores y aquella que vio nacer al ilustre cineasta universal Luis Buñuel, que paseó el nombre de su pueblo por todo el mundo, se llenan estos días de los integrantes de sus nueve cofradías y de los amantes de esta tradición, muchos de ellos turistas internacionales.

Las nueve cofradías iniciaron el redoble de sus tambores y bombos justo a las 12 horas de este viernes santo, tras el primer golpe a un bombo gigante que se colocó en la tradicional Plaza de España, a cargo de la viuda de Carlos Saura.

La festividad, declarada de interés turístico internacional, reunió a centenares de visitantes que emocionados esperaron los redobles de tambores y bombos, que se prolongarán en paseos de las cofradías por todo el pueblo, hasta mañana sábado.

Calanda y sus tambores fueron fuente de inspiración para uno de los mejores directores de cine, Luis Buñuel, quien nació en esta localidad el 22 de Febrero de 1900 y murió en la Ciudad de México el 29 de julio de 1983, país donde realizó muchas de sus películas.

De hecho, “La edad de oro” (1930), «Nazarin» (1958) y «Simón del desierto» (1965), llevan como fondo musical el sonido de los redobles de Calanda. En sus memorias “Mi último suspiro”, Buñuel describe que el origen de los tambores hay que situarlo a finales del siglo XVIII.

En esas memorias, el cineasta narró que el “Romper la hora”, es una ceremonia colectiva impresionante, “·cargada de una extraña emoción que yo escuché por primera vez desde la cuna, a los dos meses de edad”.

Agregó que “después he participado en ella en varias ocasiones, hasta hace pocos años, dando a conocer estos tambores a numerosos amigos que quedaron tan impresionados como yo”.

Refirió que en la época de su niñez no había más de 200 o 300 participantes, para en el momento de escribir las memorias haber superado los mil participantes, con cerca de setecientos tambores y 400 bombos, lo que hoy es todavía más.

En la “Rompida de la hora”, con la primera campanada de las 12 del reloj de la iglesia de Calanda, un gran estruendo se escucha en el pueblo, con los redobles de los tambores y bombos que se rigen por cinco o seis ritmos diferentes.

La pequeña ciudad de Calanda tiene menos de cuatro mil habitantes, pero en viernes santo se suman hasta 20 mil personas, entre turistas y participantes de la “Rompida”, la mayoría con túnicas de color morado, que es el traje tradicional para la celebración.

La de Calanda no es la única “tamborada” de la provincia aragonesa de Teruel, pero sí la más conocida en el mundo luego de que Buñuel la filmara y la difundiera como una celebración particular que contrasta con otras de mayor fervor y pasión religiosa.

Otras localidades que viven la semana santa con “Rompida de la hora” son Híjar, Urrea de Gaén, Alcorisa y Alcañiz.