Seyé, Yucatán; 18 de agosto de 2019.- En el marco de una sencilla pero por demás, emotiva ceremonia que fue precedida por una misa en memoria de quien fue párroco de la población de Seyé por más de cuarenta años, fueron depositados los restos mortales del Pbro. Diego O’Horán Pech fueron en un osario del altar de la parroquia de San Bartolomé Apóstol.
«El Padre Dieguito», como era llamado cariñosamente, fue sacerdote de la parroquia durante cuarenta años ininterrumpidos, lapso durante el cual prácticamente bautizó y formó en la fe católica a todo el pueblo.
Fue un constructor que hizo posible que cada colonia tenga su capilla y que la Virgen de Guadalupe un santuario en donde se le venerara. Su espíritu de predicador no conoció la fatiga ni los imposibles ya que por muchos años no contó con un automóvil y oficiaba misas en las colonias y comisarías de la parroquia.
Fue en el año 2015, cuando ya rebasaba los ochenta años de edad, que se decidió cambiarlo a la parroquia de «Mather Dolorosa» de la ciudad de Mérida por motivos poco claros, tiempo después el padre Diego falleció lejos de la parroquia que tanto amó.
Sus familiares decidieron que la iglesia que fuera su casa durante tanto tiempo también fuera el aposento eterno de sus restos mortales para seguir estando junto a la imagen de San Bartolomé Apóstol ya que el cura profesaba un cariño especial a quien caminara junto a Cristo durante su estancia en la tierra.
Los Pbros. Rafael May Barrera y Raúl Moguel Urtecho, sucesores del padre Diego en la parroquia oficiaron la misa previa a que los restos mortales del cura fueran depositados a los pies del altar. Ambos sacerdotes exaltaron los dones del fallecido cura y su amor al sacerdocio.
El Pbro. May Barrera recordó que conoció al padre Diego durante un viaje a Roma y que gracias a él lograron entrevistarse con el Papa Juan Pablo II. «El vivió entregado a Cristo durante toda su vida» señaló el cura que actualmente tiene a su cargo la parroquia.