En un fenómeno que alarma a especialistas en movilidad, Yucatán ha experimentado un incremento desproporcionado en su parque vehicular, pasando de 1,034,153 a 1,102,172 unidades entre junio de 2023 y junio de 2024, lo que representa un aumento del 6.58% en solo un año. Este crecimiento acelerado, que ha sumado 68,019 nuevos vehículos a las calles de Mérida y carreteras yucatecas, contrasta con el ritmo de crecimiento poblacional, generando una presión sobre la infraestructura vial y la seguridad de los usuarios. Las estadísticas precisan que a diario se registran en promedio 24 accidentes automovilísticos.
La tendencia histórica resulta aún más preocupante: entre 2000 y 2020, el parque vehicular en la zona metropolitana de Mérida se cuadruplicó, mientras que la población apenas creció 1.5 veces durante el mismo período. El resultado es una relación actual de 0.47 vehículos por habitante, casi un automóvil por cada dos personas, lo que ha transformado radicalmente la dinámica de movilidad en un estado que hasta hace dos décadas se caracterizaba por su tranquilidad vial.
Aumentan accidentes por vehículos
Este crecimiento exponencial del parque vehicular ha tenido un impacto directo en la incidencia de accidentes. Según datos del INEGI, en 2022 se registraron 8,864 accidentes viales en Yucatán, lo que se traduce en aproximadamente 24 incidentes diarios. Aunque las cifras completas de 2023 y 2024 no están disponibles en forma desagregada, datos parciales y reportes de autoridades sugieren que la tendencia se mantiene al alza, con un ligero declive en los períodos vacacionales más recientes.
Entre las causas principales que explican esta epidemia de accidentes viales, los expertos identifican factores recurrentes: el exceso de velocidad encabeza la lista, seguido por la conducción bajo efectos del alcohol, el uso de dispositivos móviles mientras se maneja, la falta de respeto a señales de tránsito y la infraestructura vial inadecuada. A estos se suma un factor crítico: el incremento desmedido de motocicletas, cuyo número aumentó un asombroso 940% entre 2000 y 2020, pasando de apenas 16 mil a más de 155 mil unidades. Las cifras más actuales sobre unidades aún no están disponibles para el INEGI y tampoco lo revelan las autoridades locales.
El Anillo Periférico «Manuel Berzunza y Berzunza» de Mérida se ha convertido en el epicentro de la crisis de seguridad vial. Durante 2022, esta vía concentró 588 hechos de tránsito, aproximadamente un accidente cada 14 horas, con septiembre como el mes más crítico con 60 incidentes. Las zonas más transitadas, entre el kilómetro 24 (altura de la salida a Motul) y el kilómetro 48 (cerca de la entrada a la hacienda Tixcacal), concentran el 56% del total de accidentes, convirtiendo al periférico en la quinta vía más peligrosa del país según organizaciones civiles como «Reacciona por la vida» y «Céntrico».
Mortandad vial sigue preocupando
La mortalidad vial, aunque con una ligera tendencia a la baja en períodos recientes, sigue siendo preocupante. Durante el reciente periodo vacacional de Semana Santa y Pascua 2025, fallecieron siete personas en siniestros viales en Yucatán, cifra menor que las 14 muertes pronosticadas. Esta tendencia muestra una mejora respecto a 2024, cuando fallecieron 11 personas, y a 2023, con 17 víctimas mortales. Sin embargo, cada cifra representa familias devastadas y vidas perdidas prematuramente.
El impacto económico de estos accidentes es devastador para el estado. Extrapolando datos nacionales al contexto de Yucatán, se estima que el costo anual de los accidentes viales oscila entre 1,950 y 2,730 millones de pesos, considerando gastos médicos, pérdida de productividad, daños materiales e indemnizaciones. En Mérida, siendo la ciudad más poblada y con mayor parque vehicular, estos costos podrían representar entre 1,170 y 1,911 millones de pesos anuales, una carga significativa para la economía local.
La intervención de aseguradoras resulta importante pero insuficiente. A nivel nacional, aproximadamente el 65-70% de los accidentes registrados involucran vehículos asegurados, pero en Yucatán esta cifra podría ser menor debido a un índice de aseguramiento vehicular por debajo del promedio nacional. Según datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), el costo de indemnizaciones varía significativamente: desde 28,000 pesos para lesiones menores, hasta 85,000 pesos en casos de lesiones moderadas, llegando a 250,000 pesos en accidentes graves y hasta 950,000 pesos en casos catastróficos.
Particularmente preocupante es el aumento exponencial de motocicletas, que pasaron de 16,472 unidades en 2000 a 155,370 en 2020, un incremento del 940%. Este fenómeno ha cambiado el perfil de las víctimas de accidentes fatales, siendo los motociclistas uno de los grupos más vulnerables. Durante la Semana Santa de 2025, de las siete víctimas mortales, tres fueron motociclistas, evidenciando un patrón consistente con años anteriores.
Para los yucatecos, el día a día se ha vuelto una lotería vial. Con un promedio de 24 accidentes diarios en el estado y concentraciones más altas durante septiembre y diciembre, el riesgo de verse involucrado en un incidente es cada vez mayor. Las estadísticas revelan además que el domingo es el día con mayor número de víctimas mortales, mientras que la franja horaria más peligrosa se extiende desde las 6 de la tarde hasta la medianoche.
Las autoridades han implementado diversas estrategias para contrarrestar esta tendencia, desde operativos de alcoholimetros hasta vigilancia permanente en puntos críticos como el Periférico. Sin embargo, especialistas como el ingeniero René Flores Ayora, desarrollador de un sistema de Big Data para predecir fatalidades viales, insisten en que la prevención debe ser una política pública prioritaria y no depender solo de campañas temporales, requiriendo una transformación profunda en la cultura vial.
ACOM