La presencia de compañías asiáticas y mercancías de origen chino en Yucatán, lejos de ser un fenómeno reciente, refleja una relación histórica que se remonta al siglo XIX y que hoy enfrenta problemas debido al incremento de los aranceles que Estados Unidos impone a bienes manufacturados en México.

Esta relación centenaria, que ha contribuido a la economía y cultura yucateca, podría verse afectada por las crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, justo cuando Yucatán se posiciona como un destino atractivo para el nearshoring, ocupando el tercer lugar entre las entidades mexicanas que mejor han aprovechado esta tendencia.

Inversión asiática

Empresas como Xinyatong Metal Manufacture, subsidiaria de Yantai Yatong Precision Mechanical Group, que planea establecer una planta de manufactura en Ticul con una inversión de 100 millones de dólares y la generación de 200 empleos directos, podrían verse afectadas por estas medidas arancelarias.

La empresa, que ha firmado un contrato con Tesla para el montaje de carrocerías de vehículos, destinaría el 80% de su inversión a la fabricación de autopartes y el 20% restante a la manufactura de ataúdes, en colaboración con la estadounidense Buchanan Group.

Great Wall Motors (GWM), que inauguró en noviembre de 2024 su concesionaria número 50 en México, ubicada en Mérida, también enfrenta el riesgo de ver limitada su capacidad de exportación debido al incremento de aranceles a vehículos chinos por parte de Estados Unidos, que pasaron del 25% al 100%.

Estas empresas chinas establecidas en Yucatán representan una inversión que supera los 100 millones de dólares, principalmente con la planta de Xinyatong Metal Manufacture en Ticul que aporta esta cifra por sí sola, a lo que se sumaría la inversión no cuantificada aún del parque industrial de 1000 hectáreas que planea desarrollar Holley Global.

Estas inversiones y los aproximadamente 200 empleos directos que generaría solo Xinyatong, además de cientos más en empleos indirectos, se encuentran potencialmente en riesgo debido a las crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, con aranceles que aumentaron del 25% al 100% para vehículos chinos.

Raíces históricas profundas con China

La conexión entre China y Yucatán está profundamente arraigada en la historia regional. Según la investigación del académico yucateco Luis Alfonso Ramírez, expuesta en su libro «El dragón y la ceiba. Chinos en el país de los mayas. Siglos XIX a XXI», esta relación ha atravesado cuatro grandes procesos migratorios.

El primero ocurrió en 1866, cuando más de 100 chinos que habían desembarcado en Belice se insurreccionaron por maltratos y fueron acogidos por los mayas de Chan Santa Cruz durante la Guerra de Castas.

Estos migrantes no solo lucharon junto a los mayas contra los blancos, mexicanos y tropas federales, sino que aportaron conocimientos valiosos como la elaboración de pólvora y desarrollaron comercio con grupos de origen chino en Belice.

La segunda migración significativa llegó en 1892, con trabajadores contratados para el cultivo del henequén, principal actividad económica de Yucatán en aquella época.

Según registros oficiales, 484 chinos llegaron a Yucatán, aunque probablemente fueron muchos más, estableciendo negocios como restaurantes, lavanderías y peluquerías en pueblos cercanos.

Más episodios de migración

Entre 1903 y 1910 se produjo la tercera ola migratoria, con la llegada de 2,120 chinos que se establecieron principalmente en Mérida.

Esta migración dejó la mayor cantidad de influencias chinas en la cultura y familia yucatecas, creando incluso un pequeño «Chinatown» detrás del Mercado Grande de Mérida. Para 1921, el idioma chino era la segunda lengua más hablada en Yucatán.

La cuarta y actual migración comenzó con la incorporación de China a la Organización Mundial de Comercio, caracterizándose por el comercio y la ejecución de inversiones de gran escala en México, incluyendo el establecimiento de empresas manufactureras y comerciales.

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Hasta principios de 2024, la comunidad china en Yucatán se estima en aproximadamente 3,000 personas, según informó Andreas Aluja Schuneman, director del Instituto Confucio. Este grupo incluye tanto a inmigrantes recientes como a descendientes nacidos en la región, algunos de los cuales ya cursan estudios superiores en la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).

Además, se calcula que aproximadamente 200,000 yucatecos tienen ascendencia china, resultado de procesos migratorios que se remontan al siglo XIX y de la integración cultural a lo largo de generaciones .