La historia de un joven motuleño exitoso: a sus 25 años, David Fernando Dzul Tzab ya se ha consolidado como un verdadero agente de cambio. Su destacada trayectoria y sobresalientes logros a tan temprana edad evidencian que su talento y capacidades no tienen límites.

Con su ingenio creativo y su genuino deseo de utilizar la tecnología para ayudar a los demás, David ha demostrado que puede alcanzar grandes metas. La ingeniería en sistemas computacionales, una de las carreras más demandadas y satisfactorias en la actualidad, le ha brindado las herramientas para materializar sus ideas innovadoras y dejar una huella positiva en la sociedad.

 

Él siempre tuvo curiosidad por la tecnología, y aún más cuando llegó a sus manos su primera computadora.  Se preguntaba cómo funcionaban y cómo podían resolver problemas. Este profundo interés lo llevó a estudiar ingeniería en sistemas computacionales en la universidad.

Durante sus estudios, David se dio cuenta de que la tecnología podía ayudar en muchos ámbitos, no solo en el laboral. Tomó la decisión de estudiar esta carrera porque le gustaba encontrar soluciones innovadoras y contribuir con procesos tecnológicos que mejoraran la vida de las personas.

Un día, mientras caminaba por la calle, David se encontró con una persona con discapacidad auditiva que quería comunicarse con él. Fue una experiencia frustrante para ambos al no poder entenderse. Esto motivó a David a desarrollar un software dinámico que permitiera a los usuarios aprender el lenguaje de señas y comunicarse con palabras cotidianas con personas con discapacidad auditiva.

Motuleño exitoso

A sus 25 años, David ha cumplido su sueño de utilizar sus conocimientos tecnológicos para ayudar a otros. Trabaja como desarrollador web en una empresa mexicana Geofile y también es el encargado del departamento de sistemas en la Asociación Impulso Universitario, donde recibió una beca para terminar sus estudios universitarios.

Su programa innovador ha abierto nuevas vías de comunicación para las personas con discapacidad auditiva. Además, en la Asociación Impulso Universitario, apoya a jóvenes a través de becas y formación integral para que puedan acceder a la educación universitaria.

A pesar de su edad, David ha demostrado que la creatividad, la imaginación y el deseo de ayudar a los demás pueden combinarse con la tecnología para construir un futuro digital mejor.

Los que lo conocen saben que es un joven humilde. Aún vive en Motul, con su madre y su hermana y todos los días viaja a la capital yucateca para seguir cumpliendo su sueño y aportar mediante su conocimiento a mejorar la vida de los demás.

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David es un ejemplo inspirador para otros jóvenes que tienen interés en seguir carreras en el campo de la ingeniería en sistemas computacionales y utilizar la tecnología para generar un impacto positivo en la sociedad. Es una carrera profesional bien remunerada, sin duda.

Con su talento y capacidades extraordinarias, a las que ha dado rienda suelta, es difícil predecir hasta dónde podrá llegar este prometedor yucateco en el futuro.

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