El cineasta mexicano Alonso Ruizpalacios, director de las multipremiadas Güeros (2014), Museo (2018) y “Una película de policías” (2021), presentó hoy, en el marco de la 69ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) “La cocina”, con la que compite en Sección Oficial y que ofrece una mirada al interior de la cocina de un famoso restaurante en el corazón de Manhattan, revelando las jerarquías y dinámicas de poder implícitas en este entorno laboral.

Alonso Ruizpalacios

Protagonizada por Rooney Mara y Raúl Briones, la película es una adaptación libre de la obra de teatro de Arnold Wesker, “The Kitchen”, aunque surgió de un lugar muy personal para el director, quien conoció la obra cuando estaba estudiando actuación en Londres y, al mismo tiempo, trabajaba en la cocina de un sitio que en realidad era una trampa para turistas.

“Ahí fue donde me enamoré del universo de las cocinas, de su ritmo y su drama. Son lugares muy caóticos, pero también donde hay una experiencia migrante. Eso tienen en común las grandes ciudades, que son como puntos de reunión de muchas nacionalidades. Quería retratar esa torre de Babel que vi y la obra de Wesker siempre se quedó conmigo”, explicó.

Alonso Ruizpalacios

Como “Güeros”, esta película está rodada en blanco y negro, y en este caso explicó el director que “desde que empecé a escribirla lo vi así; fue un instinto. Después descubrí que tenía que ver con borrar la especificidad temporal. Me gustaba la idea de no saber cuándo tiene lugar la historia, si es hoy o hace 20 o 30 años, y enmarcarla en una especie de fábula. Quería algo que fuera un poco más allá del realismo. Además, la fotografía juega mucho con el contraste y, al final, ese es el tema de la película”.

Para el cineasta, esta película construye un tributo, trágico y cómico en partes iguales, a las personas invisibles en estos espacios y ofrece, al mismo tiempo, una mirada a la vida de los inmigrantes que a diario llegan a Estados Unidos en busca del llamado sueño americano.

En ese sentido, aunque la historia se desarrolla en un escenario extranjero, Ruizpalacios no se aleja nunca de la realidad de los mexicanos y compartió que “hice dos viajes previos de investigación, donde entrevisté a cocineros sin papeles que me contaron cosas muy impactantes y dolorosas; también otras muy divertidas. Mi foco principal sigue siendo la experiencia de mis paisanos”.

El director resaltó la importancia de mostrar los matices en los seres humanos de distintas razas. “No me interesaba retratar a todos los blancos o yanquis como los malos y todos los no blancos como los buenos. Creo que el mundo no es así. El racismo no tiene raza. Si bien es cierto que históricamente algunas razas han sido las opresoras; hay algo más complejo allí que tiene que ver con el capitalismo, con quién controla los medios de producción”.

Añadió que esto le hizo recordar también a Wesker, que estaba siempre preocupado “por el mundo que estábamos construyendo: un mundo donde la productividad está por encima de las relaciones humanas y los sueños”.

Por: Adela MacSwiney González (Corresponsal ACOM en España)