Un tenso momento se vivió en la calle 58-D de la antigua hacienda Mulchechén, donde un sujeto en aparente estado inconveniente provocó el enojo y la desesperación de los vecinos al romper cristales y parabrisas de al menos siete vehículos estacionados, además de causar daños en varios predios de la zona.
De acuerdo con los testimonios, todo comenzó durante la madrugada, cuando los vecinos despertaron sobresaltados al escuchar el estruendo de vidrios estallando. Al salir de sus casas, descubrieron al individuo arrojando piedras indiscriminadamente contra automóviles y viviendas, causando graves afectaciones materiales.
Los colonos dieron aviso inmediato a la Policía Municipal, cuyos agentes llegaron al lugar, pero se negaron a ingresar a la vivienda en la que el hombre se había refugiado. Esta falta de acción encendió la molestia de los afectados, quienes decidieron actuar por cuenta propia.
Vecinos aplican justicia
Organizados, los habitantes lograron entrar a la casa donde el sujeto se ocultaba, lo sometieron a golpes y lo amarraron a un poste. Durante esos tensos momentos, varios amenazaron con aplicarle la conocida “Ley Tekit”, una forma de justicia comunitaria, mientras otros advirtieron que, de volver a causar destrozos, las consecuencias serían más graves.
La situación se tornó cada vez más delicada, obligando a los agentes municipales a solicitar refuerzos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP). Tras varios minutos de negociación, los elementos estatales convencieron a la multitud para entregar al detenido, quien fue trasladado y posteriormente turnado a la Fiscalía General del Estado (FGE).
Los vecinos aprovecharon la situación para exigir a las autoridades mayor vigilancia, señalando que la colonia se encuentra en condiciones precarias: numerosas lámparas del alumbrado público no funcionan, abundan los terrenos baldíos con maleza y la zona se ha convertido en refugio de malvivientes. También demandaron medidas más efectivas para combatir el consumo de drogas, al considerar que muchos de los disturbios en el área tienen relación con esta problemática.
Cabe destacar que, según versiones de la propia comunidad, no es la primera vez que este individuo causa estragos. En el pasado, se le relacionó con un incendio en lo que queda de la hacienda, así como con otros actos vandálicos menores. Sin embargo, lo ocurrido en esta ocasión superó con creces sus anteriores incidentes, provocando la indignación colectiva que culminó en una acción vecinal ejemplar, aunque al filo de la justicia por propia mano.
ACOM