Rafael Cordero, de 70 años, enfrenta un diagnóstico de cáncer de mama y un tumor de 12 cm en su seno derecho. Gracias a la rápida intervención del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), recibe quimioterapia y está programado para una cirugía que eliminará el tumor a la mitad de su tratamiento.

Fue por el ojo y le detectan cáncer de mama

El descubrimiento de su enfermedad ocurrió durante una revisión de rutina para su cirugía en el ojo izquierdo, cuando un técnico que le realizó un electrocardiograma notó una anomalía en su pecho. Inmediatamente, el personal médico le indicó que tenía un problema en su seno derecho.

Aunque había notado cambios en su pecho durante un año, Rafael no les había dado importancia debido a su historial de ejercicio y actividad física, ya que no experimentaba malestar ni síntomas evidentes.

Posteriormente, en la Clínica de Mama «Condesa» del IMSS, se le asignó una cita «evento único», que proporciona una atención integral en un solo día, incluyendo consulta médica, mastografía, ultrasonido y biopsia según las necesidades de cada paciente.

El cáncer de mama también afecta a hombres

Luego, Rafael fue derivado al Hospital de Gineco Obstetricia No. 4 «Dr. Luis Castelazo Ayala», donde se le realizaron estudios adicionales. Los especialistas decidieron comenzar un tratamiento de ocho quimioterapias para reducir el tamaño del tumor antes de la cirugía.

Rafael enfatiza la importancia del apoyo de su familia durante este proceso, ya que su hija de 40 años también lucha contra el cáncer de mama y está en tratamiento. Ambos afrontan la enfermedad con esperanza y determinación.

En el Mes de Sensibilización del Cáncer de Mama, Rafael hace un llamado a los hombres de todas las edades a realizar autoexploraciones regulares y acudir a su Unidad de Medicina Familiar si detectan alguna anomalía en su pecho. Agradece al personal de salud del IMSS por su profesionalismo, sensibilidad y capacitación en su atención.

«Hombres y mujeres estamos expuestos, hay que seguir los mismos pasos de detección del cáncer, igual que ellas que se quitaron la pena de ir con el médico y hacerse todos los estudios. Ahora que me tocó vivirlo y ponerme del otro lado de la mesa», enfatiza Rafael.