El municipio de Baca vivió con profunda fe y devoción la 45ª edición de su tradicional viacrucis viviente, una de las representaciones más emblemáticas de Semana Santa en Yucatán. 

Bajo el intenso sol del mediodía, Jesús fue enjuiciado, castigado y finalmente crucificado en una jornada que reunió a cientos de feligreses y visitantes en el centro de la comunidad.

La plaza principal se transformó en escenario de los pasajes bíblicos más representativos. Con estructuras montadas para simular el juicio ante Pilato y Herodes, los asistentes presenciaron una puesta en escena cargada de dramatismo y simbolismo religioso. Desde hace 45 años, los pobladores acuden puntualmente a este encuentro anual con su fe.

Viacrucis Baca

Este año, el papel de Jesús lo interpretó Omar Pech, un joven padre de familia originario de Baca, quien asumió el reto como una promesa personal para el bienestar de sus seres queridos. Su compromiso y entrega se reflejaron en cada paso del recorrido.

Dramatismo y entrega en cada escena

Durante la representación, Poncio Pilato insistió en liberar a Jesús, pero el pueblo, encarnado por los actores, exigió su muerte. Caifás advirtió a Pilato que, si no crucificaba a Jesús, se volvía cómplice de sus acciones.

Mientras tanto, Herodes el Grande, acompañado de sus odaliscas, exigía un milagro al Nazareno. Al no obtener respuesta, lo despreció y lo envió de nuevo ante Pilato, pidiendo que le colocaran el manto púrpura imperial.

Viacrucis BacaPilato cedió ante la presión del pueblo. Ordenó castigar a Jesús con 18 azotes. Los soldados lo golpearon, se burlaron de él, le colocaron una corona de espinas y el manto que simbolizaba su supuesto delito. 

Luego, ofreció al pueblo la posibilidad de liberar a Jesús o a Barrabás. Al grito de “¡Suelta a Barrabás!” y “¡Haz morir a Jesús!”, Pilato se lavó las manos frente a todos: “Tomo al cielo por testigo que soy inocente de la muerte de este justo. Jesús de Nazaret, irás a la cruz”.

Una cruz de fe por las calles de Baca

La procesión inició poco después, cuando Jesús comenzó su camino con la cruz a cuestas, la cual pesaba más de 90 kilogramos. Recorrió las principales calles del pueblo seguido por una multitud en silencio, conmovida por cada escena del viacrucis.

Uno de los momentos más intensos se vivió en la cuarta estación, cuando Jesús se encontró con su madre, María. Gabriela Pérez, quien dio vida a la Virgen, transmitió tanto dolor y entrega que muchos fieles no pudieron contener las lágrimas. Su interpretación tocó las emociones más profundas de los presentes.

Viacrucis Baca

En otra escena simbólica, Verónica (interpretada por Marieli Castillo) limpió el rostro de Jesús con un paño. “¡Es un milagro!”, exclamó al mostrar el Santo Rostro grabado en la tela, provocando un murmullo emocionado entre los asistentes.

Finalmente, la procesión llegó al atrio de la iglesia de la Virgen de la Purísima Concepción. Allí, Jesús fue crucificado entre Dimas y Gestas. Omar Pech, en el papel principal, cerró la escena con las palabras: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, culminando una representación que, año tras año, mantiene viva la tradición y la espiritualidad de esta comunidad.

Como cada año, esta representación no solo fue un acto teatral, sino también un momento de encuentro espiritual para la comunidad de Baca y sus visitantes.

Por la noche, se llevará a cabo la tradicional Marcha del Silencio, que partirá desde el cementerio hasta la iglesia de la Purísima Concepción, cerrando así una jornada de profundo significado para todos los presentes.