Estudiantes encapuchados del campus Mérida de la Universidad Nacional Autónoma de México denunciaron una serie de agresiones y deficiencias en las instalaciones del plantel.

“Nos encontramos cubriendo nuestros rostros no porque queramos ocultarnos, sino porque creemos que el anonimato es una forma de manifestar nuestras inconformidades sintiéndonos seguros, protegiendo nuestra identidad e integridad”, señalaron.

Dijeron ser testigos de represión e indiferencia ante demandas legítimas de quienes buscan un entorno seguro, justo y libre.

La gota que derramó el vaso en el Campus Mérida

El detonante de la protesta se debió a un incidente ocurrido el 7 de febrero, cuando miembros del sindicato presuntamente agredieron a estudiantes durante la realización de un tianguis estudiantil, actividad que permite a varios alumnos obtener ingresos para sostener sus estudios.

Este evento llevó a la organización de una asamblea donde se expusieron diversas problemáticas que han persistido desde la creación del plantel hace cinco años.

En su pliego petitorio exigen la implementación de medidas para garantizar un entorno seguro, incluyendo capacitación obligatoria en no violencia, resolución de conflictos y perspectiva de género para todo el personal universitario.

También demandan que los responsables de las agresiones sean identificados y ofrezcan una disculpa pública a la comunidad estudiantil.

Las demandas incluyen además mejoras sustanciales en la infraestructura del campus, como la creación de espacios adecuados para la convivencia y recreación, así como el establecimiento de un servicio médico, considerando la lejanía de los centros de salud.

Los manifestantes también señalaron la necesidad de mayor transparencia en la distribución del presupuesto y participación estudiantil en las decisiones importantes del plantel.

Entre otras exigencias destacan el fin a la censura de expresiones artísticas en los muros del plantel, mejoras en el acceso al campus con alumbrado adecuado y mantenimiento de la ciclovía, así como la garantía de no represalias contra quienes participan en las protestas.

Los estudiantes enfatizaron que sus manifestaciones son pacíficas y continuarán hasta que las autoridades universitarias atiendan sus demandas, recordando que las promesas establecidas en el plan de desarrollo 2022-2026 para contar con instalaciones dignas no se han cumplido.

ACOM