Abraham Solís Castillo, comandante de la Policía Municipal de Kinchil, volverá a su cargo tras una breve suspensión con goce de sueldo. La decisión generó rechazo entre los habitantes, quienes consideran la medida insuficiente.
El caso se originó con la denuncia de Luis Alberto Castro, conocido como «Dino». Según su testimonio, el 10 de febrero intentó ayudar a una adulta mayor a cerrar su negocio ante el hostigamiento de policías municipales.
En el proceso, quedó detenido arbitrariamente, esposado, lesionado y trasladado a la cárcel municipal. Al ser liberado, notó la desaparición de su cartera con dinero y documentos personales.
Castro aseguró que le quitaron su billetera con tarjetas bancarias y diecisiete mil pesos en efectivo. No pagó multa al salir, lo que incrementó la sospecha de abuso de autoridad.
Residentes de Kinchil exigieron la destitución de Solís Castillo. La presión social llevó a su suspensión, pero solo por unos días y con sueldo íntegro. La falta de sanciones severas ha causado inconformidad en la comunidad.
El alcalde Irvin Pisté Canul no ha aplicado medidas adicionales contra el mando policial. Esto ha despertado sospechas sobre una posible protección desde el ayuntamiento.
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Mientras tanto, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (CODHEY) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) analizan dos denuncias contra la corporación municipal. Una de ellas corresponde a José Luis, conocido como «Pacquiao», con el folio G-435/2024.
Los habitantes de Kinchil demandan la intervención de autoridades estatales y federales para detener los abusos y garantizar la seguridad en la comunidad.
ACOM