Al menos 50 cenotes en Yucatán enfrentan graves problemas de contaminación debido a prácticas turísticas irresponsables, como la ampliación excesiva de sus accesos y el uso indiscriminado de cloro, lo que está provocando la muerte de especies endémicas que habitan estos ecosistemas acuáticos milenarios.
Sergio Grosjean Abimerhi, reconocido explorador e investigador yucateco especializado en arqueología subacuática, explicó que muchos propietarios de cenotes han comenzado a modificar estos espacios naturales con maquinaria pesada para atraer más turistas, sin considerar el impacto ambiental de estas acciones.
«El problema es que al ampliarlos alteran su ecosistema natural que la naturaleza ha llevado millones de años en formar», señaló Grosjean. «Cuando amplían un cenote, el agua que debería circular en aproximadamente 24 horas puede tardar hasta 80 o 100 horas, lo que provoca su descomposición natural».
Ante esta situación, los propietarios optan por añadir cloro para «limpiar» el agua, lo que resulta fatal para la biodiversidad. «Cuando visitas un cenote y no hay ni un solo pez, es porque lo están clorando», advirtió el fundador de «Grosjean Expedition».
Reglamento de cenotes ignorado sistemáticamente
El investigador también destacó que existe un reglamento desde 2013 para regular el uso turístico de los cenotes, pero no se está respetando ni vigilando adecuadamente. Aunque se han registrado aproximadamente 3,100 cenotes en Yucatán, algunos expertos estiman que podría haber hasta 100,000 en toda la península.
«Es un descontrol total», lamentó Grosjean Abimerhi, quien hace un llamado a las autoridades para implementar medidas más estrictas que protejan estos sitios que históricamente han sido fundamentales para la región, no solo como fuentes de agua sino también como espacios sagrados para la cultura maya.
ACOM